
La accionista única de una start-up de verificación de datos cambió de ideología de la noche a la mañana. Su brújula pegó un giro de ciento ochenta grados, y la VERDAD dejó de apuntar hacia el oeste.
Surgió una nueva start-up de verificación de datos con otro accionista único. Aunque la información de una y otra rara vez coincidían, ambas afirmaban estar en posesión de la VERDAD.
Una bajada de litio dirigió la primera brújula hacia la fascinante pero inhóspita región de las teorías de la conspiración. Sus verificadores de datos con menos ética profesional la acompañaron en la aventura.
El segundo accionista único no tardó en unirse a ella.
Los datos verificados convergen desde entonces.