
No fue una leyenda urbana. Fue un lametazo dulce y ácido. Fue la ocasión que esperaba desde que la conocí.
No soy un idiota. Sé que ocurrió porque él estaba en el armario.
No ha vuelto a ocurrir. Pero ocurrió una vez.
A los que lo visteis y ahora calláis. A los que lo visteis y ahora alimentáis la leyenda de la leyenda urbana.
Quiero deciros que sois unos hipócritas y que cuando cierro los ojos saboreo el lametazo dulce y ácido.