En lugar de leer filosofía hasta las tantas, Richy se quedó viendo documentales en el ordenador, contrastando minuciosamente la información con el móvil. Encontró por fin una metanarrativa que daba sentido a lo que, hasta ese momento, había considerado un mundo absurdo.
En lugar de bajar al pub de la esquina a sablear cervezas y gin-tonics, hablar de fútbol y fumar con la verja bajada, Pedro se quedó en casa viendo YouTube. Siempre sospechó que el Sistema tenía una agenda oculta; ahora lo sabía.
En lugar de encontrarse a su marido y a su hijo encerrados en sus habitaciones, esperando a que ella volviera de la guardia y les preparara la comida, Amparo los encontró charlando amistosamente en el sofá. Le pareció un primer paso.