Saltar al contenido

Fuegos

El profesor de matemáticas quemó su libro al grito de: “¡Las matemáticas están en la calle!”.

Exultantes, los alumnos siguieron su ejemplo, pero no se detuvieron ahí. Al grito de “¡la vida está en la calle!”, prendieron fuego al instituto.

El profesor de matemáticas no tuvo otro remedio que inmolarse.