–Yo no consumo cocaína –afirma el entrevistador–, y mi círculo de amistades tampoco. ¿Puede ser que esté equivocado?
Sentadas frente a sus televisores, varias personas se plantean –vagamente y sin expresarlo en voz alta– si ha llegado el momento de hablar con el entrevistador.
–Es posible que sí –responde el entrevistado.