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El verdadero empresario

La empresa creció exponencialmente con una inversión inicial mínima. Trabajaba desde casa y solo tenía a su cargo a una especie de gestor deslocalizado. Este negociaba las tarifas con los anunciantes y le ingresaba su dinero en la cuenta cada mes.

Un día empezó a decir cosas que no gustaban a su gestor. Este amotinó a todos los anunciantes y dejó de ingresarle su dinero mensual. Entonces se vio quién era el verdadero empresario.