
–¿¡¡Qué coño pinta la moral en todo esto!!? ¿No somos adultos responsables? ¿No acordamos libremente el precio de esta transacción? ¿No firmamos el contrato en nuestras plenas facultades mentales?
–Sí, pero…
–¿¿¿Estás insinuando que hubo algún tipo de coacción???
–No, pero…
–¡Entonces déjate de gilipolleces y coge mi maldito riñón!