
Sus amigos le preguntaron por las fiestas universitarias, por las italianas, por su viaje a Sicilia.
–Lo que pasa en el Erasmus, se queda en el Erasmus.
Sus padres le preguntaron si había aprendido italiano.
–Lo que pasa en el Erasmus, se queda en el Erasmus.
Su novia le preguntó si le había sido infiel.
–Lo que pasa en el Erasmus, se queda en el Erasmus.
Solo le contó la verdad a su mejor amigo, por teléfono.
–No tenía con quién salir de fiesta. No iba a clase. No aprendí italiano. Ni siquiera estuve en Sicilia. Contaba los días que me faltaban para volver a España…
–Me han dado la beca Erasmus. Te llamaba para contártelo.
–¿En serio? ¡No sabes la envidia que me das!